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El Lado Oculto de la Noticia

El fracking consiste en perforar la tierra e introducir tuberías de hasta dos y tres kilómetros de profundidad vertical para extenderse luego horizontalmente hacia las capas que puedan albergar burbujas de gas esquisto.

Para EEUU, que siempre ha considerado los temas de energía como parte clave de su propia seguridad nacional y no ha dudado en conspirar y derrocar gobiernos y provocar guerras para apoderarse del control de las fuentes de energía, ese ‘hallazgo’ es de vital importancia para intentar recuperar la acelerada pérdida de su rol como potencia hegemónica mundial.

¿Pero qué es la fractura hidráulica o ‘fracking’, en qué consiste, cómo se realiza, cómo afecta a la tierra, a los pastos, a los cultivos, a los acuíferos, a los alimentos, a los animales, a los humanos? Las experiencias del uso de esta técnica tanto en los propios Estados Unidos como en países de América Latina han demostrado su gran peligrosidad.

El ‘fracking’ consiste en perforar la tierra e introducir tuberías de hasta dos y tres kilómetros de profundidad vertical para extenderse luego horizontalmente hacia las capas que puedan albergar burbujas de gas esquisto.

A través de esas extensas tuberías se introduce a presión enormes cantidades de agua potable, arena y más de cien productos químicos que provocarán pequeños estallidos bajo el subsuelo a fin de romper esas burbujas, y extraer su contenido, el gas de esquisto, un hidrocarburo no convencional, hacia la superficie, Es un sistema no solo costoso sino sobre todo peligroso en la medida en que constantemente se producen filtraciones durante el proceso que contaminan la tierra y con ello los pastos utilizados para el granado y la agricultura, y contaminan igualmente los manantiales y el agua que terminan consumiendo los habitantes.

Los pozos se agotan a los cinco años por lo que hay que seguir agujereando constantemente otras zonas. Una vez detectado una zona de interés para estas compañías el Gobierno confisca las tierras pagando míseras indemnizaciones a las personas afectadas por lo que ven perder su medio de vida súbitamente.

A pesar de las denuncias y protestas que ha habido en numerosos países –en España hay un rechazo generalizado en todas las regiones donde se quieren realizar las perforaciones-, y que hay países como Francia que han prohibido el ´fracking- y que estados como Nueva York también lo han prohibido, las multinacionales que lo explotan están logrando vencer las resistencias de numerosos gobiernos, atraídos por la posibilidad de solucionar su dependencia del petróleo y gas del extranjero.

La complicidad de los gobiernos con las multinacionales del sector dificulta que la opinión pública cuente con la información necesaria sobre lo que significa esta técnica para evitar así posibles resistencias sociales.

La resistencia contra este tipo de prácticas están encabezadas por organizaciones ecologistas y los partidos políticos progresistas y organizaciones ciudadanas especialmente las de las zonas afectadas.