Alcalde de Cali pide a presidenta de Metrocali que se quede un tiempo más
La presidenta de Metrocali, María del Pilar Rodríguez, renunció a su cargo, según se lo confirmaron a El País altas fuentes de la Alcaldía de Cali.
Las causas de la renuncia son desconocidas, pues por el momento no ha sido posible comunicarse con Rodríguez y obtener su versión sobre los hechos.
Mediante su cuenta de Twitter, el alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, indicó que la «Presidenta de Metrocali hace varias semanas ha manifestado deseo de retirarse por razones personales y le pedí que nos acompañe un tiempo más».
Entretanto, se conoció que como reemplazo sería designado en calidad de encargado Gabriel Velasco, quien hasta la fecha era el vicepresidente ejecutivo de Metrocali.
María del Pilar Rodríguez Caicedo estuvo frente a Metrocali desde enero del 2012, cuando comenzó la Administración del médico Rodrigo Guerrero.
Es ingeniería civil en la universidad de Los Andes y tiene una maestría en Transporte del Massachusetts Institute of Technology, MIT.
Fue analista de Transportes y Gerente de Proyectos de Transystems en Boston, USA; Investigadora en la Autoridad de Transporte Público de Chicago, USA; Directora de Infraestructura de Transmilenio, Bogotá y asociada de McKinsey & Co en Logística y Transporte.
Entre los logros que tuvo Rodríguez en cabeza de Metrocali están el aumento en el número de pasajeros día de 350.000 a 500.000, el incremento en la flota del MÍO de 557 a 911 buses y la terminación del contrato con la firma israelí Hafira Ve Hatziva, que incumplió el contrato de construcción de la Terminal Calima.
Sin embargo, quedan cosas pendientes. Rodríguez deja Metrocali y aún no se resuelve por completo el tema de la chatarrización, la integración del MÍO con la ladera y los municipios vecinos, la terminación de varias estaciones intermedias, terminales y patios y la terminación del Miocable.
Además, a Rodríguez le tocó sortear con las protestas de los transportadores tradicionales, que pedían que no sacaran por completo los buses y busetas de las calle, y la crisis económica de los operadores, que durante meses alegaron no tener dinero para tanquear los buses, lo que afectó el servicio en el oriente de Cali.
La crítica más frecuente entre los usuarios del sistema es la poca frecuencia con que circulan los buses del MÍO, lo que hace que la espera de un bus sea de unos 20 minutos en promedio, según lo han denunciado en diversos foros de El País los caleños. Sin embargo, en contraste con esta queja de mal servicio, hace una semana el MÍO recibió medalla de plata en la evaluación internacional realizada por Bus Rapid Transit Standard del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo ITDP.
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