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Cemento y buses, la orden del Alcalde de Cali para el humedal del Río Lili

El alcalde Maurice Armitage prometió dejar terminada la Terminal Sur del MIO y un patio taller para mantenimiento de buses. Hasta ahora ha desconocido las protestas de la comunidad 17 acostumbrada a ver manadas de pájaros volando por encima de sus casas y a los animales silvestres alimentándose en la orilla del Río Lili. El río le da el nombre al sector donde viven unas 32 mil personas que gozan de un entorno natural en el que todavía es posible despertarse con el canto de los pájaros.

Miles de aves llegan de Australia, Inglaterra, Estados Unidos y la Patagonia chilena y argentina huyendo de los fuertes inviernos; las aves de la zona sur vienen en marzo, abril y mayo y las del norte nos visitan en noviembre y diciembre. Este notable turismo extranjero encuentra en el ecosistema del Río Lili el destino tropical para descansar, alimentarse y reproducirse.

Pero con la construcción de la estación del MIO esto desaparecerá, pues se corta el inmenso humedal que va desde los Farallones hasta el Río Cauca. En este caso el contratista del municipio Mauricio Rojas construyó 2 diques (uno autorizado por la CVC) en el lote de extinción de dominio que compró para poder cumplir con el contrato que recibió en el 2006 con Apolinar Salcedo. Hoy, en agosto del 2017, no se ha podido construir nada de los prometido. La actual administración decidió comprarle el lote para que MetroCali terminará las obras. Pero las dos construcciones hechas ya alteraron la conexión del río con los humedales, los nacimientos de agua y el entorno biológico de la zona. La CVC lo sancionó y ahora tiene que trasladarlos; el remedio parece peor que la enfermedad.

El planeta ha declarado la alerta mundial porque la mitad de los humedales del mundo ha desaparecido, entre otras causas por la ignorancia. La comunidad científica llamó al alcalde a la cordura ambiental y le pidió que detenga la obra. Es el único que puede hacerlo.

Pero no hay mucho que esté frenando la determinación de Armitage. Esta semana la comunidad denunció la instalación de trampas para cazar a los animales y presuntamente trasladarlos a otro humedal; los biólogos consultados califican esta práctica como maltrato animal en especie protegida. Metrocali, según la comunidad, violó los mecanismos de participación ciudadana porque no informó oportunamente sobre la construcción de la megaobra en predios que deberían protegerse.

Además comenzó la investigación de la Procuraduría y Fiscalía a MetroCali por hallazgos penales y disciplinarios en este polémico contrato con Mauricio Rojas. Metrocali es una entidad conocida porque cada terminal de buses tiene escándalo propio.

Se salvó el Zanjón del Burro por fallo de procuraduría ambiental en julio pero la destrucción comenzó en el cinturón ecológico del Río Lili el “hotel de verano” de las aves migratorias y laboratorio ecológico de los niños de Cali. Cali es conocida en el mundo científico como la ciudad de las aves; por eso, biólogos, naturalistas y ambientalistas no pueden creer que en época de alerta mundial por cambio climático un alcalde ordene pavimentar un humedal y construir sobre el ecosistema la estación sur de transporte masivo MIO.

El destacado biólogo y profesor universitario Enrique Peña Salamanca intervino ante el Concejo de Cali con la esperanza de que alguno de estos funcionarios que desconocen el tema, entienda qué es un humedal. Le explicó a la mismísima CVC, a Metrocali, a Planeación y a los organismos de control que la obra destruirá el corredor ecológico que comienza en los Farallones; cinturón que interconecta el Lago de la Babilla, El humedal El Cortijo y El Estero de los humedales grandes del río Cauca con sus zonas inundables.

Según él, un humedal no es solamente una lámina de agua; es una delicada estructura con vegetación, bosque seco tropical, zonas de amortiguación y drenaje del rio que los animales y las aves identifican claramente. Esta estructura no se puede intervenir. Cali también recibe a científicos de todo el mundo interesados en la aventura ecológica y en el estudio del comportamiento de estas especies durante sus viajes de verano.

El biólogo que decidió intervenir de emergencia ante el Concejo de Cali para salvar el ecosistema dijo que el Ministerio del Medio Ambiente debe revisar su política ambiental que se encuentra en crisis y por eso se entregan licencias o “permisos” ambientales a diestra y siniestra. Con el sacrificio del humedal vendrá también la tala de 258 árboles algunos de 8 metros de altura para convertir “a la brava” una vía residencial en troncal con carriles exclusivos del MIO. Una vía que atravesará el cauce del Río Lili y conducirá, si el alcalde no detiene la obra, al sepulcro del que fue por millones de años receptor del más apetecible y hermoso turismo internacional. Pregunta para Metrocali y CVC: ¿Un crimen ecológico contra un ecosistema de millones de años se compensa sembrando arbolitos en otros lugares de la ciudad?

Fuente: Las2Orillas