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Salud emocional

Con la cantidad de personas fallecidas que parece tocan a todas las familias, a todos los estratos, a todos los países, la muerte se volvió protagonista principal. La queríamos evadir, creyendo mágicamente que si no se la nombraba “desaparecía“. Pero como es lo más seguro que tenemos, ya nos tocó mirarla de frente. Entonces la muerte es ahora protagonista de “primera” y cada día quiere darnos una alerta. Claro si queremos escuchar…

El asunto no es morirse, o como decía alguien, el problema no es “la morida”, la inquietud surge de lo que puede pasar más allá, en el otro lado ( si es que existe el otro lado).
No tiene por qué creer. Puede considerar como Alejandro Gaviria, por ejemplo, que todo termina cuando se acaba esta vida. No hay más allá. No hay trascendencia. Sin embargo, cada vez más se multiplican los testimonios de personas cuyos cuerpos se han detenido, pero la conciencia (el alma?) continúa dándose cuenta de lo que sucede alrededor de su empaque-cuerpo. El primer capítulo de la serie “Sobrevivir a la muerte” de Netflix es muy aleccionador. Enseña situaciones que no se habían considerado con la seriedad de este trabajo, avalado por universidades y centros de prestigio. Además, existen testimonios como el de Eben Alexander, neurocirujano americano (con todo el poder de la mente racional y científica) quien muere y regresa, dando un testimonio increíble en el libro “La prueba del cielo”. No son charlatanes, ni gurús, ni monjes, los que hoy nos enseñan sobre la muerte. Científicos, médicos, que logran aceptar que existen hechos inexplicables ante los que deben aceptar la vida más allá de esta vida. Es tan interesante abrir la mente para dar lugar a nuevas miradas que ese miedo terrorífico a la muerte se “suprime” cuando testimonios como estos se conocen. Es claro que lo que más asusta es lo desconocido y la ignorancia en este campo hace mella. Algún libro o texto sobre la muerte deberíamos consultar. Imposible que lleguemos a ella en ese grado de analfabetismo como si ignorándola desapareciera. Es hora de mirar de frente y aceptar que la muerte por tenaz que sea, también enseña. La mente es como un paracaídas, solo sirve si se abre.