• Escríbenos a nuestro Whatsapp: 316 764 20 88

Una vía por la que sólo transitan vacas

Por falta de una glorieta, una vía de $35.000 millones que fue entregada en marzo está sin uso. Hay recursos y diseños, pero se espera la orden de la Agencia Nacional de Infraestructura.

Una nueva vía, que está lista desde marzo pasado y que le costó al Estado $35.000 millones, hoy sólo sirve para que transite ganado. Se trata de una variante de siete kilómetros construida con el objetivo de agilizar la vía Bogotá-Bucaramanga evitándoles a los viajeros el ingreso al municipio de Zipaquirá. Según el trazado, la carretera debería arrancar en el sector de la T de Portachuelo y salir siete kilómetros antes del peaje de Casablanca. A pesar de que está casi terminada y señalizada, no se puede usar por un detalle: faltan 170 metros para conectarla con la vía principal.

Al ver las fotos aéreas desde el sector de Casablanca se aprecia un trazado rápido de un solo carril y bien señalizado. Sin embargo, justo antes de llegar al sector de Portachuelo hay un potrero que impide que la variante se conecte con la doble calzada Bogotá-Zipaquirá. Lo paradójico es que la vía no está inconclusa por falta de estudios, diseños o recursos (como se suele argumentar en la mayoría de casos). Está sin terminar porque falta que la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) dé luz verde para construir una glorieta que conectaría la variante con la intersección de las rutas a Bogotá, Zipaquirá, Briceño y Ubaté.

Lo que aparentemente ha impedido el desarrollo de esta obra es que el sector de Portachuelo, donde se debe construir la glorieta, es el punto de intersección de dos concesiones viales. Por un lado está Devinorte, encargada de la doble calzada entre Bogotá y Zipaquirá, y por el otro, la unión temporal Los Comuneros, encargada entre 2002 y 2012 del mantenimiento del corredor Zipaquirá-Bucaramanga y de la construcción de la variante que hoy está sin uso.

De acuerdo con representantes de la concesión Los Comuneros, ellos tenían previsto llevar la variante hasta la intersección y conectarla con la vía principal, pero en enero pasado, cuando le hicieron la propuesta a la Agencia Nacional de Infraestructura para empatar la variante con la intersección de Portachuelo, sus iniciativas fueron rechazadas. “Una de las propuestas fue la glorieta y la otra fue un acceso provisional, mientras la ANI decidía qué trabajo se realizaría en el sector”, dijo Diana Gómez, directora jurídica de la concesión.

Según la vocera de Los Comuneros, en cuanto al acceso provisional, la ANI argumentó que podría generar problemas de seguridad vial y que era mejor construir una solución definitiva. Y frente a la propuesta de construir la glorieta, les respondieron que ese sería trabajo de Devinorte. Los Comuneros continuaron con sus trabajos y en marzo dieron por terminada la construcción de la variante, a 170 metros del cruce principal. Desde entonces se sigue esperando a que la ANI ordene la construcción de la glorieta en ese sector.

Nueva petición

Tras seis meses de tener una carretera nueva y sin uso, Luz Melisa Gamboa, representante legal de la concesión Los Comuneros, le envió a comienzos de este mes un oficio al presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura para recalcar lo insólito y riesgoso de tener la vía cerrada por la falta de una obra que ellos pueden hacer, ya que tienen los estudios, los diseños y los recursos. Incluso señalan que si los autorizan a construir, se comprometen a entregar la intersección en menos de seis meses.

De acuerdo con el oficio, el que la vía esté cerrada implica inseguridad para los dueños de los predios del sector, que sólo se esté usando para el tránsito de ganado y que haya riesgos como el deterioro del asfalto por falta de uso, pues “afecta el proceso de autocurado del asfalto, lo que genera fisuras. Esto influye en la estabilidad de la obra y en ese sentido la concesionaria se abstendrá de garantizar su estabilidad, por ser una situación exógena y ajena a la órbita de nuestra competencia”, agregó.

De acuerdo con Diana Gómez, directora jurídica de la concesión, construir la glorieta tendría un costo de $11.000 millones, para lo cual la ANI no tendría que buscar recursos. Desde abril del año pasado hay $14.000 millones guardados en una fiducia, correspondientes al dinero sobrante del recaudo de los cinco peajes del corredor Zipaquirá-Bucaramanga, que están reservados y disponibles para invertirlos exclusivamente en obras de este corredor vial, incluso en el sector de Portachuelo.

“Expusimos nuestra preocupación a la ANI por la construcción del empalme de la variante, por lo que presentamos una propuesta formal en la que nos comprometemos a construir la intersección, teniendo en cuenta la imperiosa necesidad de contar con dicho empalme. Considerando además que para la construcción no se requiere adición al contrato, dado que existen recursos disponibles dentro de la concesión”.

Y agrega: “Para evitar los efectos adversos sobre el asfalto, solicitamos evaluar la viabilidad de que la unión temporal Los Comuneros proceda con la construcción, a fin de que en un término no superior a seis meses se encuentre en funcionamiento. Dicho de otro modo, bajo su autorización se cumplirían los fines estatales, permitiendo a los usuarios el disfrute del corredor vial nacional, en el que se han invertido más de $70.000 millones”.

El Espectador se comunicó con Zuleima Stefanell Zarur, encargada de comunicaciones de la ANI, para conocer la posición de la entidad frente al tema. Sin embargo, la funcionaria indicó que tramitaría la consulta y al cierre de esta edición no había llegado ninguna respuesta de la entidad.

Por ahora, la solución a esta encrucijada sobre la construcción de la glorieta de Portachuelo queda en manos de la Agencia Nacional de Infraestructura, que tendrá que responder si autoriza a la unión temporal Los Comuneros a adelantar el trabajo o si sigue esperando a que Devinorte se haga cargo de la construcción. Lo único claro es que durante un tiempo más, una variante de siete kilómetros que costó $35.000 millones y cuyo fin era agilizar la ruta Bogotá-Bucaramanga, seguirá sirviendo para que sólo transite ganado.

Variante se hizo sin doble calzada

A pesar de que la variante se diseñó y se adquirieron los terrenos para construir la doble calzada, según la unión temporal Los Comuneros, no se pudo hacer porque los recursos no alcanzaron. De acuerdo con Diana Gómez Gómez, directora jurídica, los costos de los predios fueron una de las principales razones, por eso priorizaron recursos. “Como parte del contrato de concesión de la vía Zipaquirá-Bucaramanga, en 2008 se firmó el otrosí 15, que consistía en el estudio y la construcción de la variante. Sin embargo, con los recursos sólo pudimos hacer la doble calzada desde el kilómetro 33 hasta el peaje de Casablanca y un carril de la variante. Fueron siete kilómetros de doble calzada y siete de la variante, en los que se invirtieron casi $70.000 millones. Sólo la variante costó $35.000 millones”.

Aunque en el otrosí no se contempló la construcción del empalme, porque se suponía que estaría a cargo de Devinorte, la concesión cuenta con los recursos para adelantar la obra. “A nosotros no nos interesa quién sea el responsable de construir la glorieta. Lo que queremos es que se construya para que se empiece a usar la variante. Van seis meses sin uso y tenemos un estudio que indica que la falta de tránsito puede deteriorar el asfalto de forma prematura”.
Los Comuneros firmaron un contrato de rehabilitación, operación y mantenimiento de los 370 kilómetros de la vía Zipaquirá-Bucaramanga desde 2002. El contrato fue por 10 años y el año pasado devolvieron el corredor vial. Sus últimos trabajos fueron la variante y un tramo de doble calzada hasta Casablanca.

Fuente : http://www.elespectador.com/noticias/nacional/una-via-solo-transitan-vacas-articulo-447515

Etiquetas: ,

No Comments

Leave a Reply